domingo, 22 de junio de 2008

Zaragoza H2O

El jueves estuvimos en la Expo de Zaragoza H2O. Todo un día para visitar la Expo sobre el agua, ver las actuaciones programadas (Cirque du Soleil y Hombre Vertiente), pasar un día con los amigos y compañeros y aprender cosas nuevas.

Tenemos que decir desde el principio que a la mayoría no nos gustó mucho lo que hay en la Expo. Hay cosas interesantes, pero parece mentira que la muestra esté dedicada al agua, ya que ésta brilla por su ausencia.

Para que os hagáis una idea: no hay ni una sola fuente de la que poder beber o refrescarse. Tampoco hay árboles que tengan porte suficiente para dar sombra. Han plantado unos cuantos pequeñajos que se les van a secar a la voz de ya.


El día que nos tocó, 19 de junio, hacía un calor sofocante: 45º a la sombra a las 4 de la tarde. No se podía estar más de 5 minutos al sol y, para empezar, tuvimos que aguantar una cola de más de media hora para poder entrar ya que las medidas de seguridad obligaban a pasar por un arco y un detector de metales, igual que en los aeropuertos. Total que protestamos y nos dejaron pasar por una zona en la que no había ni arco ni detector de metales. ¡Vaya política de seguridad!.


Hay un montón de edificios que albergan los pabellones de los países participantes. Mucho cemento, hormigón, adoquín... y poco verde y menos agua.

Nos llamaron la atención edificios como el Pabellón Puente, la Torre del Agua, el edificio de Aragón y poco más. En algunos solo había un par de tenderetes para vender pulseras, anillos y cosas así, igual que en Sanfermines por la calle. Otros eran unas simples oficinas de turismo en las que te daban folletos del país. ¿Y del agua qué?


No pudimos entrar en algunos que parecían que tenían mucho éxito. El tener que hacer colas de más de dos horas al sol abrasador del mediodía desanimaba a cualquiera.

El pabellón de Navarra sí que nos gustó. Es pequeño pero muy original, y se estaba fresquito.

Lo que sí hicimos, y fuimos unos de los pocos, fue subir hasta arriba de la Torre del Agua, pero la sorpresa fue que de la planta 6 a la 23 había que subir andando y que la prometida terraza panorámica de la planta 23... ¡oh, maravilla! en la realidad no existía. Se tarda 20 minutos en subir las 17 plantas porque no hay escaleras y tienes que ir dando vueltas y vueltas por una rampa que va junto a las pareces exteriores del edificio. Por dentro está todo vacío y hay colgando una escultura que representa una gota de agua cuando se rompe al impactar contra el suelo. Bonito, pero... ¿están justificados los 34 millones de euros que ha costado?


Allí comimos, pero el servicio de bar era lentísimo y si querías ir al baño... ¡tenías que bajar a la planta 6 para luego volver a subir!

Vamos, que esa es la solución para Irubide. Si fuera así, ¡no pediría nadie ir al baño!

Y nada más, si queréis comprobar lo que os contamos tendréis que ir a Zaragoza y ver si tenemos razón con lo que decimos.


Nosotros nos despedimos con este artículo, porque ya estamos de vacaciones. El martes nos dan las notas y en septiembre unos seguiremos y otros se irán a hacer otras cosas.

Un saludo para los que nos habéis leído y opinado.

¡Buen verano para todas/os!
(Si pincháis sobre las fotos las veréis más grandes)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Esta muy bien el articulo train tienes toda la razon de lo que pones porque yo, ya no aguantaba los pies de estar recorriendo toda la expo y con todo ese sol que nos daba en la frente,en ese momento me arrepenti de haber ido pero bueno estudo bien.