miércoles, 13 de febrero de 2008

Mis vacaciones del verano pasado (2007)


El año pasado estuve en Acapulco, México, de vacaciones durante un mes y medio, más o menos, y me lo pasé muy bien.

Todo era playa, calor, o sea, diversión… y también fui al teatro a ver el musical de Bésame Mucho y me gustó mucho porque todo eran canciones como cubanas y estuvo muy bien…

También fui a un parque acuático llamado Cici, donde hay muchas piscinas con toboganes, con hidromasaje… y también había otras con unos delfines, y después del espectáculo te podías bañar con ellos, son muy suaves, cariñosos y juguetones.

Un día fui a un lugar llamado La Quebrada que es donde algunos chicos con experiencia se tiran desde unas piedras hacia el mar, o sea, se tiran cuando pasa la ola, porque si no… menuda leche que se dan….

A parte de estar en Acapulco, también estuve en Puebla, León Guanajuato, Distrito Federal… y muchos más lugares de México...

Hace dos años también fui a México y me alojé en casa de unos amigos de mi madre durante dos semanas y en ese tiempo que estuve allí mi madre y sus amigos me llevaron al Teatro Bellas Artes del Distrito Federal y como era la primera vez que iba a la opera pues me gustó mucho…

Mi madre dice que según las notas de este año iremos otra vez.

A ver qué notas me salen…

Bueno me despido con un saludo.

Helena Orlandi

11 comentarios:

Anónimo dijo...

MUY CHULO, YO TAMBIEN QUIERO IR... JEJE

Anónimo dijo...

He llegado a este blog de una manera que sería muy larga de explicar... aunque digna de una telenovela con cientos de capítulos... muchos... y lo que queda...

Aunque no entendáis nada de lo que digo, quiero animaros a que sigáis escribiendo en este blog.
Tenéis mucho que decir, que contar, que protestar... y tenéis a vuestra disposición un profesor, que aunque sea tan serio y tan duro como un hueso por fuera, estoy segura que se ablandará si lleváis este proyecto con ganas e ilusión.
Aprovechad que tenéis a vuestra disposición a un profesor que puede enseñaros mucho sobre la nuevas tecnologías y pensad las ventajas que tiene para vosotros saber manejaros en este campo.

Un beso y ánimo.

Anónimo dijo...

Hola de nuevo.
Me acabo de dar cuenta de que he sido la visitante número 100 de vuestro blog. ¡Qué honor! Es por si regaláis algo.

Yo sí lo voy a hacer, para animaros a utilizar vuestra creatividad para ayudar a alguien.

Ahí va ese cuento.

Un beso.

La ventana del hospital

Dos hombres, ambos enfermos de gravedad, compartían el mismo cuarto semi privado del hospital. A uno de ellos se le permitía sentarse durante una hora en la tarde, para drenar el líquido de sus pulmones. Su cama estaba al lado de la única ventana de la habitación. El otro tenía que permanecer acostado de espaldas todo el tiempo. Conversaban incesantemente todo el día y todos los días, hablaban de sus esposas y familias, sus hogares, empleos, experiencias durante sus servicios militares y sitios visitados durante sus vacaciones.

Todas las tardes cuando el compañero ubicado al lado de la ventana se sentaba, se pasaba el tiempo relatándole a su compañero de cuarto lo que veía por la ventana. Con el tiempo el compañero, acostado de espaldas que no podía asomarse por la ventana, se desvivía por esos períodos de una hora durante el cual se deleitaba con los relatos de las actividades y colores del mundo exterior. La ventana daba, a un parque con un bello lago. Los patos y cisnes se deslizaban por el agua, mientras los niños jugaban con sus pequeños botes a la orilla del lago. Los enamorados se paseaban de la mano entre las flores multicolores en un paisaje con árboles majestuosos y en la distancia, una bella vista de la ciudad. A medida que el señor cerca de la ventana describía todo esto con detalles exquisitos, su compañero cerraba los ojos e imaginaba un cuadro pintoresco.

Una tarde le describió un desfile que pasaba por el hospital y aunque él no pudo escuchar la banda, lo pudo ver a través del ojo de la mente mientras su compañero se lo describía. Pasaron los días y las semanas y una mañana, la enfermera al entrar para el aseo matutino, se encontró con el cuerpo sin vida del señor cerca de la ventana, quien había expirado tranquilamente, durante su sueño. Con mucha tristeza, avisó para que trasladaran el cuerpo. Al otro día el otro señor, con mucha tristeza pidió que lo trasladaran cerca de la ventana. A la enfermera le agradó hacer el cambio y luego de asegurarse de que estaba cómodo, lo dejó solo. El señor con mucho esfuerzo y dolor, se apoyó de un codo para poder mirar al mundo exterior por primera vez. Finalmente tendría la alegría de verlo por sí mismo.

Se esforzó para asomarse por la ventana y lo que vio fue la pared del edificio de al lado. Confundido y entristecido, le preguntó a la enfermera qué sería lo que animó a su difunto compañero a describir tantas cosas maravillosas fuera de la ventana. La enfermera le respondió que el señor era ciego y no podía ni ver la pared de enfrente. Ella le dijo:

— Quizás solamente deseaba animarlo a usted.

Anónimo dijo...

Q xulo el cuento de maite.Ma dao q pensar. Hay mas?????

Anónimo dijo...

Aupa lo k a puesto maite, y si eso es Acapulco este verano me das tu telefono y me voy contigo. Un beso

Anónimo dijo...

Hola soy Heena la chica del texto, gracias por bustros comentarios....
Besossssssss

Anónimo dijo...

no te quejes tanto

Anónimo dijo...

me gusta mucho tu articulo

Anónimo dijo...

me gusta mucho tu articulo

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Anónimo dijo...

GRASIAS POR TUS COMENTARIOS ADIOS